Como consumidores, estamos haciendo un cambio de mentalidad. Nos estamos habituando a revisar las etiquetas de los alimentos y leer las listas de ingredientes. Y eso está bien. Queremos saber más sobre los alimentos, qué nos aportan, y escoger según nuestras preferencias. Pero a veces, puede sorprendernos un listado más largo de lo que esperábamos, o incluso los nombres de algunos ingredientes, que no podemos reconocer fácilmente. Precisamente por esto, nace el término “Clean Label” o “etiqueta limpia”, ¡Te contamos más!
Auge del consumidor informado y sostenible
En nuestras casas están aumentando diferentes “movimientos verdes” que tienen por objetivo ser responsables con el medio ambiente y con nuestra salud. Algunos de los más famosos son: slow food, alimentos km 0, flexitarianismo o veggies, zero waste o residuo cero y economía circular, entre otros.
El consumidor es más consciente de su impacto en el mundo y quiere tener más información de los productos que compra. Por este motivo, busca un etiquetaje más simple, claro y comprensible, permitiendo así elegir productos libres de ciertos ingredientes y aditivos. Dicha necesidad de información se une a la voluntad de cuidar nuestra salud, la de nuestra familia, y también el medio ambiente, algo cada vez más valorado por los consumidores más conscientes.
Clean Label, etiqueta limpia
La expresión clean label significa “etiqueta limpia”. Sin embargo, no hay una definición oficial de qué es, ni unas características a seguir para poder decir que un producto es “clean label”. Por esto mismo, puede significar distintas cosas para cada uno. Se podría decir que en general, lo que se pretende es promover alimentos con un listado de ingredientes limitado, y que éstos sean lo más naturales posibles. Sin aromas, ni conservantes, aditivos o colorantes artificiales o sintéticos. La ausencia de aditivos suele verse para los defensores del clean label como algo positivo, aunque en realidad éstos puedan ser naturales, y cumplir una función necesaria para la seguridad del producto.
Los productos clean label buscan aportar información mediante el empleo de términos conocidos, evitando aquellos demasiado técnicos o poco reconocibles. Esto es especialmente importante para los aditivos, cuyos nombres pueden parecer extraños para algunos de nosotros. Por ejemplo, un aditivo antioxidante como el E-300, que corresponde a “ácido ascórbico”, puede dar desconfianza al consumidor, cuando no es otra cosa que la vitamina C.
El movimiento también pretende no añadir sustancias a un alimento para que tenga unas características de las que carece, como añadir calcio o hierro. Es decir, busca poder ofrecer al consumidor un alimento sin modificar demasiado sus características nutricionales naturales.
Las características de un producto clean label
Ya hemos comentado que la clasificación de un alimento como clean label no tiene una regulación o sello oficial. Tampoco hay una definición exacta de qué ingredientes pueden ser incluidos o excluidos de este etiquetaje para ser clean label, pero se suele regir por unas características, tales como:
- Lista de ingredientes corta: los consumidores asociamos a un producto como más natural aquel que tiene pocos ingredientes.
- Productos lo más “naturales” posibles: quedan excluidos los alimentos transgénicos y OMG (organismos modificados genéticamente).
- Sin elementos artificiales: siempre que prevalezca la seguridad alimentaria, un alimento no debe contener aromas añadidos, colorantes, aditivos, conservantes o antioxidantes artificiales.
- Etiquetas con listas “transparentes”: sustituir los nombres técnicos o científicos por otros más reconocibles por el público en general.
Por todo esto, en Europa, hay un movimiento que relaciona un alimento poco procesado con una “etiqueta limpia”, pero esto no es estrictamente cierto.
No queremos terminar el artículo sin darte algunas ideas más para informarte de otros movimientos o términos de los que hemos hablado en nuestro artículo y que encontrarás en nuestro blog Aliméntate. Por ejemplo, puedes aprender más en nuestro artículo sobre qué alimentos se consideran buenos procesados según la clasificación NOVA o el movimiento realfooding.
También hemos explicado en qué consiste la dieta flexitariana, una alternativa de dieta sostenible para nuestro planeta y beneficiosa para nuestra salud.
Y para terminar, ¿sabías que hay dos alimentos considerados como los que más reducen la huella de carbono? Dichos alimentos son las manzanas y las legumbres (según la revista de medicina británica The Lancet en 2019). A las manzanas no nos dedicamos, pero sí que te contamos todo sobre porqué las legumbres son un cultivo sostenible.