Buscar

¿Funciona el método detox depurativo?

Al empezar el año, después de las fiestas, ¿estás considerando realizar un detox o conoces a alguien que lo esté contemplando? Las dietas detox se basan en la premisa de que estamos intoxicados por “toxinas” que el cuerpo no es capaz de eliminar por sí mismo, o necesita algún tipo de ayuda. Y que estas toxinas nos causan problemas de salud, o contribuyen a que no nos encontremos tan bien como quisiéramos. ¿Hasta qué punto las dietas detox son efectivas o necesarias? 

¿Qué es una dieta detox? 

Realmente no existe una definición concreta de “dieta detox”, pero se usa para referirse a métodos que supuestamente tienen que ayudar al cuerpo a depurarse. Algunas se basan en ayunos, o en dietas restringidas a solo zumos o licuados vegetales. Otras propuestas incluyen alimentos sólidos, pero en poca cantidad o de forma limitada durante unos días.  

La realidad es que estas dietas tienen su pico de popularidad tras épocas en las que hacemos algunos excesos con la comida y/o la bebida, como tras las fiestas navideñas o vacaciones. Es decir, se usan como una manera de compensar que de forma ocasional no hemos seguidos unos hábitos tan saludables. 

También hay quien las utiliza como método para adelgazar. Es decir, mucha gente las usa como manera de hacer un “reset” y mejorar sus hábitos de alimentación. Pero, si lo que queremos es mejorar nuestra alimentación, ¿es realmente necesario hacer un “detox” previo?  

¿Cómo se depurar el cuerpo? 

¿Realmente existen estas “toxinas” que debemos “detoxificar”? ¿Qué puede hacer el cuerpo para eliminarlas? Sí existen, pero no solo están relacionadas con lo que comemos y bebemos. 

La realidad es que el cuerpo está detoxificándonos todo el día sin que nos demos cuenta, ya sea por lo que comemos, el aire que respiramos, o sus propias reacciones internas, se generan sustancias que el cuerpo tiene que eliminar. Para estas labores de depuración, el cuerpo cuenta con órganos muy especializados en “neutralizar” estas sustancias y eliminarlas. Estos son: 

  • Hígado: entre sus múltiples funciones, está la de transformar muchas sustancias que entran en el cuerpo o que el mismo cuerpo fabrica en otras que sean asimilables (si nos interesa), o sean inofensivas, o podamos eliminar.   
  • Riñones: funcionan como un filtro, atrapando sustancias nocivas y eliminándolas a través de la orina. 
  • Intestino: uno de los principales órganos de eliminación de toxinas, ya que a través de las heces eliminamos también sustancias que no interesan que estén en contacto con el cuerpo.  
  • Pulmones: con cada espiración expulsamos dióxido de carbono, un gas que se ha producido en el cuerpo y que la sangre ha transportado hasta allí para ser eliminado. Su acumulación resultaría tóxica. 
  • Piel: de manera mucho más reducida que en los demás órganos, a través del sudor también se eliminan deshechos o sustancias que no necesitamos. 

¿Cómo ayudar al cuerpo a depurarse? 

En condiciones normales, y si todo funciona correctamente, no es necesario añadir algo extra para hacer un mejor “detox”. Conoce qué hábitos de vida saludables ayudan al cuerpo a seguir con sus funciones sin sobrecargarlo: 

  • Beber suficiente agua para que los riñones puedan limpiar a través de la orina 
  • Evitar el estreñimiento, consumiendo alimentos vegetales y ricos en fibra como hortalizas, legumbres, cereales integrales, frutos secos y frutas frescas. Así, el intestino elimina toxinas de todo el cuerpo mediante las heces. 

Pero lo que es importante, es limitar en lo posible todo aquello que sabemos a ciencia cierta que es perjudicial para la salud, ya que supera las posibilidades de detoxificación de nuestro cuerpo. 

 

¿Y si en vez de hacer un detox, eliminamos lo que es nocivo? 

Y no nos referimos a eliminar de la mesa los turrones de la Navidad o al pastel de un día de celebración, que es algo puntual. Nos referimos a que más que “añadir” zumos detox, lo que sí tiene sentido, es eliminar al máximo aquellos hábitos y sustancias que podemos controlar, y sabemos que son tóxicas para el cuerpo. Algunas recomendaciones las conocemos todos, otras pueden sorprendernos: 

  • Evitar el alcohol: el hígado tiene que hacer grandes esfuerzos para transformar el etanol, tóxico, en algo que podamos eliminar. La recomendación desde el punto de vista de la salud es no consumir, y si se consume, limitarlo. 
  • No fumar, ya que al inhalar el humo del tabaco incorporamos más de 70 sustancias carcinógenas (causan cáncer).  
  • Limitar los alimentos que contienen metales pesados, que el cuerpo no puede eliminar (ni ningún protocolo “detox”). La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición advierte de que hay que limitar el consumo de algunos alimentos, especialmente en algunos grupos (niños, mujeres embarazadas o lactando). Por ejemplo, no consumir: 
  • las cabezas de crustáceos como las gambas, por su contenido en cadmio 
  • pescados como el emperador o pez espada en los grupos anteriormente citados, por la presencia de mercurio;  
  • evitar las algas hiziki por su contenido en arsénico. 
  • Al freír, quedarse en el color dorado. En alimentos fritos, como por ejemplo las patatas fritas, si en vez de dorado vemos un color marrón, se ha formado acrilamida, una sustancia dañina. Lo mismo ocurre cuando se nos quema un alimento o se nos tuesta demasiado el pan. 
  • No consumir alimentos a los que les ha aparecido moho, por las micotoxinas. Es típico cortar el trozo con algún moho visible de alguna hortaliza olvidada en la nevera y comerse el resto. O desechar alguna rebanada de pan de molde a la que le ha aparecido moho visible. Pero muchos mohos producen de forma natural micotoxinas, muy peligrosas ya que se relacionan con cáncer. Desde el punto de vista de la seguridad alimentaria, lo que deberíamos hacer es desechar todo el alimento, ya que el moho y las micotoxinas con toda probabilidad estará presente en el resto del alimento, aunque no lo veamos. 

 

¿Detox, o no detox? 

Si has llegado hasta aquí, probablemente te estés planteando si tiene algún sentido hacer algo especial para depurar, o si vale la pena incorporar infusiones, batidos y otros productos. Si lo haces, que sea porque te gustan, y no esperando resultados que no pueden cumplir.  

¿Qué sí puedes hacer desde ya, para ayudar a tu cuerpo? 

  • Aumentar el consumo de verduras y hortalizas 
  • Asegurar el consumo de 2-3 piezas de fruta fresca 
  • Consumir cereales integrales, legumbres y frutos secos 
  • Escoger agua como bebida principal, restringiendo al máximo alcohol, zumos (aunque sean naturales) o bebidas tipo refresco 
  • Tomar buenos alimentos procesados. Aprende a identificarlos con nuestra guía de procesados y conservas. 
  • Escoger grasas de calidad, como el aceite de oliva, frente a grasas saturadas o hidrogenadas. 
  • Cenar pronto, para dejar pasar suficiente tiempo entre la cena y el desayuno. Así, los procesos de limpieza del aparato digestivo funcionarán de forma plena (y además, descansarás mejor). 

 

Recuerda que no hay nada que compense un hábito tóxico; si fumas, no vas a compensarlo haciendo más ejercicio. Lo mismo con la alimentación. Evitar aquello que no te conviene, o dejar de tomarlo y optar por algo más saludable, es la mejor estrategia. Como ya te contamos en el artículo sobre ayuno intermitente, si notas que los excesos de las fiestas te han pasado factura o quieres mejorar tu alimentación, evita dietas restrictivas y sencillamente incorpora poco a poco cambios hacia una dieta más saludable. Con nuestras recetas de legumbres, ¡seguro que encuentras inspiración! 

Comparte en:

Relacionado